Tal como les comenté, el artículo Sillas de rueda para el Alma, escrito por mi persona, como producto de una de las tantas experiencias de servicio que facilita Rotary durante el Programa de Interacambio de Grupos de estudio, fué publicado en la revista Hablemos de Rotarismo en el Distrito 4200 del sur de México.
En esta coportunidad les comparto el vínculo para descargar la revista en formato PDF o si lo prefieren, el texto completo del artículo para lleerlo aca en el Blog.
Igualmente, pueden ver documentos fotográficos de la actividad de entrega de sillas de ruedas, realizada en el Centro Comunitario Rotario de Cancún, que nos inspiró para escribir este material.
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Sillas de ruedas
para el alma
Historias de éxito
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Por Hugo Javier Sánchez
Ex-Ige Venezuela México
CANCÚN, QUINTANA ROO, 29 De Abril de 2010. Desde la lejanía, es común identificar a Cancún como un territorio exclusivo, un paraíso lleno de hoteles y facilidades dispuestas para el confort, el descanso y el turismo en la maravillosa naturaleza de la Rivera Maya. Un
lugar donde el trabajo rotario sería limitado. Nuestra visitacomo parte del Programa IGE nos brindó un gran regalo para nuestro espíritu y una visión más amplia del México, de Rotary y del mundo.
Un día fuimos invitados por nuestros anfitriones de Cancún a participar en una entrega de sillas de ruedas. El sencillo pero muy emotivo acto, nos brindó una enriquecedora oportunidad de servicio en el Centro Comunitario Rotario de Cancún. Para cumplir con el programa cancunense, visitamos las instalaciones del Centro Comunitario Rotario, asentado en un sector popular pleno de gente humilde y trabajadora, donde conocimos la obra rotaria en directo, los servicios que prestan y los planes que tienen de seguir creciendo y construyendo soluciones para ayudar a cada vez mas al prójimo.
Las sillas de ruedas de última generación que estaríamos entregando, provienen de un mecanismo de Rotary denominado Subvención Compartida, el cual, partiendo de un hermanamiento de clubes del mundo, se logran recursos para dotar a centros de este tipo, que beneficien a las comunidades. En este caso, las modernas sillas de ruedas provienen de una subvención compartida entre el Distrito 4200 y el Distrito 5870 Central Texas y la Wheel Chair Foundation de los Estados Unidos de Norteamérica.
El contacto con las señoras beneficiarias y sus familiares fue ciertamente emotivo y más que gratificante. Una de ellas, invidente y con problemas motores como consecuencia de la degeneración de sus células por Diabetes; al acercarnos y conversar con ella me dijo: "ustedes son venezolanos, verdad?" ante mi sorpresa por lo repentino de su apreciación, y le pregunté que cómo lo sabía y me dijo: "Es que debido a mi problema de visión, paso mi tiempo escuchando frente al televisor muchas telenovelas de tu país y me gusta mucho su acento, ustedes hablan muy diferente." Llamó mi atención el profundo y sincero afecto con el que se refería a la diferencia entre acentos, lo cual me hizo pensar en lo que nos caracteriza como hermanos que compartimos un idioma. Tan sólo el acento reproducía en su mente imágenes que alguna vez pudo apreciar y el escucharnos mutuamente era definitivamente gratificante,reconocernos iguales, pero diferentes en ese momento fue inesperado, fantástico y aleccionador. Sólo nuestra “diferente” forma de hablar era fuente de felicidad para una señora.
Y nuestra actividad no difería en mucho de lo que hace mi Club Rotario en Venezuela. Por analogía, puedo compaginar mentalmente que la labor de mi club Maracaibo 2000 entregando juguetes y haciendo felices muchos niños especiales, coincidía en México con un club entregando sillas de ruedas o algún otro club construyendo un pozo de agua en África, concluyendo que la universalidad de Rotary no tiene fronteras porque la vocación de servicio y los rotarios podemos ser y somos ejemplo en el mundo, para que con nuestro servicio, construyamos una sociedad mas justa y mas humana.
La otra señora con similares limitaciones motoras, nos llenó de emoción cuando con lágrimas en sus ojos nos dijo: "es que a mi nunca nadie me ha regalado nada...¡todo lo he trabajado! Es muy bonito, recibir esta silla de ruedas que me ayudará a mi familia y a mi a tener una mejor forma de vivir. Me siento agradecida, le doy gracias a los rotarios por dárme esta alegría, que Dios se lo pague".
Entendí que en cada una de estas señoras, teníamos una enseñanza. Aunque su vida continuaba con sentidos limitados percibí dos visiones interesantes nuestra hermandad como pueblos latinoamericanos y la universalidad de los principios que promueve Rotary y sobre todo, valorar el simple hecho de hacer el bien por hacer el bien, como mayor recompensa de cualquier ser humano.
Recuerdo la frase de Facundo Cabral cuando dice: “Si los pícaros supieran lo bueno que es ser bueno, serían buenos por picardía”. Al salir de nuestro país y conocer otras culturas, nos damos cuenta de lo particular de lo propio, y al mismo tiempo de lo común en la diferencia. En otras latitudes, lo cotidiano, ese día a día en nuestro país, adquiere otro sentido. Quizás porque como dice San Agustín citado en el Manual del participante del IGE: "El mundo es como un libro, y aquellos que no lo recorren, no pasan de la primera página".
Antes de llegar a este lugar pensaba que mexicanos y venezolanos éramos quizás parecidos, pero realmente me di cuenta que lo que somos es igualitos: Hace 500 años la irrupción española marcó nuestra tierra y cultura con Cortés y Colón. Hace 200 años el movimiento político libertador post napoleónico, asociado con los sacerdotes,Hidalgo en México y Madariaga en Venezuela. Hace 100 años, la revolución mexicana y la democracia como agentes del cambio en la estructura colonial. En esencia, a pesar de los caminos que han tomado los pueblos, sus líderes y en consecuencia sus gobiernos, seguimos compartiendo mucho de esa herenciahispana con profundas raíces indígenas, que se entretejieron, nos caracteriza y nos hace reconocernos y sentir afecto con solo un intercambio de palabras y de sentimiento latinoamericano.
A pesar de las diferencias, seguimos teniendo el mismo corazón latinoamericano que irriga nuestras sociedades plenas de necesidades y germinando en generosidades y servicio cada una de nuestros espacios, que al final no son mas que la gran patria Latinoamericana, parte esencial de esta aldea global que conocemos como el planeta tierra.
Es nuestra obligación como humanos y en especial como rotarios, identificar problemas en las comunidades, sean aquellos que la sociedad ha olvidado, no ve, o espera para ser atendido. Activarnos y apalancarnos con los nismos de Rotary, producto de años de experiencia, debe ser nuestro rol permanente, dando cada vez más de nosotros en favor de las personas que lo requieran. Rotary dispone de muchos mecanismos, pero el mas importante de todos, es esa natural e imperiosa necesidad que observamos en los rotarios, de siempre estar buscando cómo, cuando, dónde y a quien ayudar, no importa lo que cueste, ni dónde esté, ni que tanto esfuerzo haga falta para lograrlo, lo importante es la misión de llevar alegría a la humanidad. Para ellos debemos tener cada vez más rotarios. Tal como me dijo un rotario norteamericano que reside en Cancún: “el problema no es buscar personas y enseñarlos a ser rotarios, es buscar personas que YA sean rotarios, no lo sepan y ¡colocarles el botón!”
Al finalizar, sentí nuestra alma fortalecida y como si la hubiésemos colocado sobre una de esas sillas de ruedas, avanzara veloz hacia el futuro ávida de servir a la comunidad, orgullosos de ser parte de Rotary y agradecidos por permitirnos experimentar la gran satisfacción que brinda el ser útil, el servir al prójimo, y cumplir la premisa de Rotary: “Dar de Sí antes de pensar en Sí.
Hugo Javier Sánchez
IGE Venezuela-Mexico 2010
Distrito 4380 para el Distrito 4200
hugosanchez11@gmail.com
